La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente un informe en el que informa que la depresión es la enfermedad que más se está expandiendo en este mundo representando una fuerte amenaza para toda la humanidad.
La depresión es el producto de no saber qué es lo que se debe hacer ni cuál es nuestra verdadera identidad.
En esta sociedad, desde pequeños recibimos muchas instrucciones equivocadas. Nos dicen que debemos consumir todo lo que se pueda conseguir, pero esto para una persona de pocos recursos se convierte en una completa tortura mental. Nos dicen que debemos ser como estrellas de cine, aunque nosotros en general no encajamos en los parámetros estéticos del estrellato. Así, la sociedad nos inculca desde la infancia una meta inalcanzable para todos y lejos de la realidad de la vida.
De acuerdo con las más antiguas escrituras de la sabiduría, los Vedas; el propósito de la vida es comprender nuestra eterna identidad espiritual: atato brahma jijñasa. Nuestra autoestima descansa en nuestra identidad eterna y en nuestra sinceridad. Somos funcionarios temporales en este planeta y estamos aquí para cumplir con una tarea sagrada, pues todo lo que Dios ha hecho y todo lo que nos ha dado es sagrado, por esta razón, desviarnos del propósito del bien común es una falta; es situarnos en una posición desafiante.
Como miembros de una sociedad unida, cumpliendo un papel humilde y hermoso sentiremos satisfacción; de lo contrario, siendo rebeldes y separatistas quedaremos como un órgano o sentido que no funciona apropiadamente. La perfección de la mano es alimentar al estómago y si no es así habrá problemas; no se nutrirá el cuerpo. De la misma manera, si alguien que es parte de un grupo o de un conjunto, se pone en contra del propósito común causará problemas y se convertirá en un opositor o rebelde.
El propósito humano es determinar plenamente el servicio que uno debe realizar en este mundo. Tal como a una madre no hay que darle un libro de reglas y regulaciones que debe cumplir con su bebé, ya que su mismo corazón e intuición le hacen entender cuál es su deber. Así mismo, debemos ver nuestra función y responsabilidad dentro de esta sociedad porque, innegablemente, tenemos que compartir el medio ambiente y buscar el crecimiento espiritual.
Por eso caer en la ilusión de la explotación y pensar que podemos favorecer nuestros intereses perjudicando a los demás es la causa de las depresiones.Al perjudicar a los demás uno va a recibir los mismos sufrimientos que está causando, primero como una reacción sutil y luego como una reacción burda.
Al estar rodeados de explotadores y ser parte de ellos siempre viviremos con temor al fracaso. Siempre vivimos con el temor de que alguien nos quite lo que tenemos y que amenace nuestros logros, por esto también nos sentirnos deprimidos.
La autoestima proveniente del orgullo material también crea problemas, porque el orgullo material viene antes de la caída y la desgracia. La autoestima que un ser humano adquiere al vivir en este mundo, por conseguir logros materiales como casas finas, carros costosos y otros logros externos, no es más que una situación temporal ilusoria que se va a perder y que no muestra ninguna cualificación verdadera. Aquellas personas que quieren considerar el valor de alguien por los recursos que tiene desconocen en su totalidad la realidad de la mística y de la belleza de la vida; porque la verdad es que las personas ilusionadas por las posesiones materiales se deprimen continuamente,y en sus depresiones acuden al “lenitivo” llamado intoxicación que ofrece esta sociedad de orgullo.
Una vez que una persona se ha intoxicado con alcohol, tabletas u otros estupefacientes empeora la situación, pues luego de la destrucción de las neuronas de su cerebro comienza a vivir una existencia de irrealidad en la cual simplemente ya no puede determinar la causa de su perturbación; piensa que su malestar es debido simplemente a no tener más cosas materiales o a no tener más drogas para anestesiar sus frustraciones.
Otra gran mentira sobre las depresiones es la teoría de que la persona tiene traumas y neurosis por no haber vivido su vida sexual sin restricciones; esta confusión fue inyectada a la humanidad a través de las teorías de Sigmund Freud. Sin embargo, la logoterapia de Victor Frankl derrotó las propuestas de Freud; demostrando que una persona solamente va a sentir bienestar y va a tener la capacidad de resistir las diversas pruebas en este mundo cuando vea la responsabilidad que recae sobre ella ante Dios, al sentirse parte de una causa común.
No debemos pensar que la depresión se puede contrarrestar a través de la invención de nuevas medicinas siquiátricas. El mal se debe atacar en su propia raíz, donde es muy difícil llegar porque la mayoría de los deprimidos no están dispuestos a cuestionar su modus vivendi ni sus conceptos sobre la existencia. Los Vedas enseñan que el deseo sexual debe ser regulado, controlado y canalizado. La vida sexual nunca debe causar dolor o tristeza a otra persona y además debe ser protegida dentro del sagrado matrimonio. La satisfacción de la vida familiar depende de comprender que lo más sagrado de la vida sexual es poder traer un ser a este mundo; y cumplir con esta responsabilidad en una forma excelente.
Preguntas básicas de una persona que quiere salir de la depresión.
¿Cómo puedo manejar los recursos que Dios ha puesto a mi disposición para que ellos realmente beneficien a todos?
¿Cómo puedo contribuir en algo que beneficie a los que me rodean y a mí?
¿Cómo puedo lograr que mis actividades estén de acuerdo con los ideales de mi corazón?
La depresión no es una enfermedad incurable, pero nuestra sociedad materialista está muy lejos de saber cómo curarla, porque, en esencia, ella misma es la causa de la enfermedad. La solución es acudir a la sabiduría milenaria y a la compañía de las personas absortas en el mundo de la dedicación.
Para que la solución se vuelva tangible para nosotros la Misión VRINDA ofrece retiros en sus comunidades campestres, para que aquellas personas que padecen esta gran problemática y que no saben por qué viven, ni qué hacer, puedan experimentar en una forma inmediata, dentro del ambiente de una vida monástica, la hermosura del ser contribuyente y sirviente, con la ayuda de los mantras (canciones sagradas), que despiertan dentro de uno el conocimiento y la afinidad con la bondad.
Máxima:
* La vida es difícil, pues hay problemas a cada paso; pero los peores problemas los estamos cargando dentro de nosotros.
*Ladepresión es el producto de no saber cuál es nuestra verdadera identidad.
*Una persona que esté buscando sinceramente la verdad, aunque no la haya encontrado todavía, ya tiene la máxima justificación y validez que se pueda necesitar en su camino.
Fuente: Colección Sabiduría Védica
Autor: Swami B.A. Paramadvaiti