Todas las sociedades y sus integrantes tienen la posibilidad de lograr el éxito que tanto añoran. Si son organizadas definen, asignan y atienden las funciones necesarias para la mejor ocupación de sus miembros. En este sentido, en la sociedad védica, es decir, una sociedad organizada de acuerdo a las instrucciones védicas que provienen directamente de Dios nadie es despreciado. Éste tipo de sociedad, está dividida en cuatro áreas de responsabilidad, bien definidas, armonizando todas las actividades y funciones de los miembros que la componen.
Básicamente, la organización social védica, se describe como un cuerpo. Se compone del grupo denominado sudra, que representaría a las piernas es la clase trabajadora encargada de los trabajos físicos, de apoyo a las clases superiores. Luego, el grupo encargado de proveer las cosas necesarias para el buen funcionamiento de la sociedad, son los vaishyas o comerciantes que representarían la barriga. Por encima, están los encargados de la protección, de las leyes y el orden civil, que son los ksatryas, o militares y gobernantes, que funcionan como los brazos. Completando el cuerpo están los brahmanas, la clase educada y filosófica. Son los líderes éticos, morales y espirituales, por excelencia, que dirigen a los gobernantes, y determinan el sendero para el mejoramiento cultural, místico y espiritual; ellos son la cabeza del cuerpo. Todos en la sociedad védica hacen parte de ese vasto cuerpo y actúan, en tal manera, para el logro del beneficio máximo de la humanidad, bajo el supremo ideal: “samsidhir hari tosanam”, es decir, “Siempre ocupados en complacer al Señor del corazón, Dios”.
Con verdadera sabiduría, la cultura védica describe la sociedad como un cuerpo en desarrollo progresivo, en que todas sus partes funcionan bien, pero unidas, para el logro de la armonía y equilibrio saludables a la sociedad, al conducirse coherentemente para lograr sus propósitos. Si el trabajador ejecuta su dharma, es decir, su ocupación natural, y cumple su función, sin amarguras, ayudará al logro de un estamento sólido, que permitirá, a los demás miembros de la sociedad, proceder en sus deberes. El mismo principio se aplica a la familia, al papá, a la mamá y a los hijos como fundamento social, ya que son el soporte y la célula de ésta.
En las escrituras védicas se indica que todos, en la condición de vida que le haya correspondido por nacimiento, por karma individual, pueden avanzar, hacia la anhelada perfección, en acuerdo al cumplimiento de sus deberes. Asimismo, en las escrituras, se deja por sentado que en los tiempos presentes, los seres humanos nacen con la propensión hacia el trabajo o caracterizados por las cualidades sudras y que si, cualquiera de ellos, ejecuta su labor, responsable y delicadamente, logrará el avance espiritual, que lo encaminará hacia la adopción de mayores responsabilidades.
Con responsabilidades se forma el trabajador consciente, quien es la persona que, pone todas sus bondades, capacidades y cualidades para colaborar en que las cosas se hagan bien y, favoreciendo al grupo, ya que deduce que en esa actitud hacia los demás, está involucrada su propia fortuna. Él entiende que es su gran responsabilidad hacerlo todo preciso, de forma efectiva y exitosa, todos deben ser sensatos en conducirse y luchar por el bien común.
Cada uno busca entregar lo mejor a la sociedad y puede, en el campo personal, cumplir como padre de familia, como esposo, cumplir, en fin, en sus diversas labores y, si ejecuta su papel muy responsablemente y con delicadeza, también podrá crecer y tomar más compromiso. Es muy hermoso el hecho de que alguien decida actuar así, tanto en lo individual como en lo colectivo. Para eso hay que ser muy noble y determinado, de otro modo, por carecer de las personas cualificadas, la sociedad, sin la guía idónea, cae en un estado de gravedad, que la mantiene postrada, en medio de las peores
relaciones, injusticias, usurpaciones, que son causantes de mucho sufrimiento. Ante una perspectiva así, la clase obrera, en reacción, ha expresado su disgusto y rechazo del mal manejo y falta de auténtico liderazgo de la organización social, y ha tratado de imponer su ‘Dictadura del Proletariado’. Ésta es la base de enormes manifestaciones y protestas que van por las calles gritando: ¡Somos la mayoría!, ¡Tomemos el poder en nuestras manos!
Sin embargo, ¿qué hacer en un ámbito tan hostil? En este punto, cada uno, en el rol que le toque desempeñarse, debe ser cada vez más consciente del valiosísimo servicio que tiene a su cargo. Existen miles de labores que los trabajadores realizan, que son vitales para la sociedad como un artesano, artista o constructor, alguien que se encarga del funcionamiento de estos perfiles sociales, si actúa de manera consciente, desarrollará la sensibilidad necesaria que lo llevará a ofrecer sus actividades al Señor. Por esa vía se vinculará con Dios en una relación que hará su vida exitosa.
Por lo tanto, puedes ocuparte en cultivar la tierra, cuidar los árboles o proteger a los animales, preservar la Madre Tierra o Pacha Mama, producir los comestibles que se necesitan u ocuparse en la construcción de santuarios, pues todas son labores de suma importancia para el mundo. En realidad, para un trabajador, así como para todos los demás, es de máxima importancia que vean lo delicado de su misión, y entiendan que se está cumpliendo un valioso ‘servicio universal’, que lo hacen con el espíritu de ofrendárselo a Dios.
Al desempeñarse en éste constante propósito, desarrollarán mayor comprensión trascendental, cualidades espirituales, y su servicio será cada vez mejor. Debido a esto, en nuestros yoga monasterios, y fincas ecológicas por ejemplo, hay concurrencia de muchos voluntarios del mundo entero, para las labores de las fincas, trabajando en el desarrollo de proyectos que benefician a toda la humanidad. Mientras nos apoyan, aprenden este arte trascendental, hacen algo bonito, como cultivar la tierra orgánicamente, o participan en construcciones ecológicas como en los Eco Trulys del Perú (ecotrulypark.org).
Los voluntarios que vienen a nuestras fincas, emprenden actividades que, de manera sencilla, permiten a la persona ocupar su vida desarrollando algo agradable, como un servidor de todos en bien de una sociedad, productiva y armoniosa. Básicamente la vida está constituida de acciones y si al actuar uno evita ofender o dañar a otros, y más bien procura su bienestar, la misericordia de Dios le alcanzará, siendo protegidos de cometer actos que vayan en contra de Su Divina Voluntad.
De eso se trata nuestra vida. Es de tal importancia ese trabajador que ejecuta sus deberes con el ánimo de hacer de este mundo un sitio más bonito, más organizado y más sólido, él es una persona afortunada que está ocupada en el servicio a Dios, lo que significa estar al servicio de la Verdad Universal. Esos humildes trabajadores que son sumisos y colaboran, son muy apreciados y reciben la posibilidad de servir a la Verdad y, el que participa en ese servicio, tiene las puertas abiertas para seguir progresando.
Finalmente, queridos trabajadores no desaprovechen la oportunidad que tienen ahora de hacer un servicio directo a Dios. Aquí los invitamos para que aprovechen nuestros templos y centros culturales, donde no hay discriminación.
¡Todo el mundo puede participar! Y si haces servicio a Dios, te vas a establecer en el servicio directo a Él.
Fuente: Colección Sabiduría Védica
Autor: Swami B.A. Paramadvaiti