El homosexualismo

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El homosexualismo es un tema bastante complicado hoy en día debido a que en el mundo se está manifestando de una manera insólita.Por ejemplo, en el “Love Parade” de Berlín, se 8_homosexualismopuede ver a los homosexuales teniendo relaciones sexuales ante millones de personas, en carrozas que recorren la ciudad y acompañados de música Tecno; y en las grandes ciudades como San Francisco también se promociona crudamente el homosexualismo. Ante esto, surgen muchas preguntas: ¿De qué se trata este fenómeno? ¿Cómo se hace frente a esta problemática? ¿Qué es y qué no es? ¿Qué acontece dentro de una persona para que se incline hacia el homosexualismo? ¿Es biológico? ¿Es kármico, es decir, por reacciones de sus actividades en vidas pasadas? ¿Es hereditario?

Antes de responder a estas preguntas es preciso hacer algunas observaciones acerca de las actividades de los seres vivientes o almas condicionadas, específicamente del ser humano. El alma condicionada, por sí misma, tiene varias opciones con respecto a la vida sexual: o se decide por el homosexualismo o por una vida sexual regulada dentro del matrimonio para tener hijos y ser un excelente papá o una excelente mamá; o se decide por tener una mujer en casa y otra en secreto; o también decide ser promiscuo y aparte de la esposa buscar prostitutas y engendrar hijos que nunca van a ser reconocidos; y, además, contagiarse de SIDA e infectar a la esposa y a los hijos, etc. En otras palabras, se puede ser honesto o criminal, bondadoso o torturador, limpio o sucio; se puede ser sacrificado por el bien de los demás o se puede ser totalmente indiferente con el sufrimiento ajeno. Todo esto es sólo una cuestión de opción y todos tienen disponibles estas alternativas; las opciones son parte del examen o de la prueba.

En esencia el homosexualismo es una manera excesiva o perversa de obtener placer. Perversa en el sentido de que no cumple con la función natural de la vida sexual que es tener hijos. El deseo de disfrutar de los sentidos y la atracción sexual provienen de la atracción original del alma o ser viviente, hacia el amor Puro que se llama “adi rasa”, todos la tienen y es muy fuerte; por lo tanto, siempre se trata de satisfacer ese anhelo buscando un ser a quien amar, ya sea en las relaciones familiares, amigos, mascotas, etc.Dentro del mundo carnal, a este impulso se le conoce como lujuria, la cual se despierta entre hombres y mujeres; y algunas veces también entre personas del mismo sexo.

El hecho de tocar a otra persona o incluso a un animal puede despertar la lujuria, por eso en la Cultura Védica hay reglas y regulaciones que nos protegen para que la fraternidad no se vuelva lujuria burda. Una de esas reglas es que personas del sexo opuesto que no estén casadas no deben estar a solas, y que uno siempre debe estar vestido ante los demás. No se debe andar desnudo o semidesnudo despertando la lujuria en otras personas.

Obviamente el homosexualismo también tiene relación con el karma (Ver Colección de la Sabiduría Védica Nº 39 “Karma, la justicia infalible”) y la Reencarnación (Ver Colección de la Sabiduría Védica Nº 40 “Reencarnación”); dos aspectos que afectan en todos los sentidos. En la Cultura Védica se menciona la existencia de un tercer sexo como resultado de un karma negativo y a las personas afectadas se les conocía con el nombre de achiras, los cuales bailaban en matrimonios y bendecían niños.

Se ha comprobado que muchas personas con inclinaciones homosexuales han sufrido algún tipo de violación o abuso durante su infancia. Pero ésta no es la única causa de dicha problemática; todos estos asuntos como el homosexualismo, el feminismo, la falta de identificación, el sentirse insatisfecho con el cuerpo y con el sexo respectivo; definitivamente son consecuencias de acciones realizadas en vidas pasadas. Por ejemplo, el hombre que abuse de una mujer va a nacer como mujer y va a ser objeto de abuso; y la mujer que se fijó mucho en los hombres va a nacer como hombre y va a sufrir con las mujeres.

En cualquier caso, nuestra verdadera meta es pensar en Dios y ofrecerle nuestra vida a Él, ésa es la única medicina para todo tipo de malestar. En este mundo nuestro deber es comportarnos de tal formaque no causemos problemas ni sufrimientos a los demás. No importa la condición que una persona tenga en este mundo, uno debería entender y aceptar que sólo el descubrir su verdadera identidad es la solución. Tanto un homosexual como un cazador de faldas, requieren de una gran fortaleza espiritual para que puedan conducir sus vidas sin lastimar a otros; o en caso contrario, se verán obligados a pagar las reacciones por lo que están haciendo.

En la Cultura Védica la finalidad de todas las instrucciones es enseñarnos que se puede ser feliz pensando siempre en Dios y haciendo bien las cosas; pero para ello es necesario someterse a Sus normas. Dentro de la Cultura Védica hay un lugar agradable para todos, sea quien sea, pero también hay reglas que nos controlan y protegen de nuestra propia lujuria, la envidia, la codicia y del propio mal karma; porque las acciones o karmas en esta vida no han sido tan maravillosos. El karma ha sido nacer en condiciones muy caídas y desfavorables. Gracias a Srila Prabhupada, un gran maestro de la India, y al maha mantra hare krishna;

hare krishna hare krishna
krishna krishna hare hare
hare rama hare rama
rama rama hare hare

Se puede descubrir la propia identidad espiritual eterna y dejar todo tipo de identificaciones materiales.

Sin embargo, en la sociedad occidental, los protagonistas del homosexualismo que están ganando fuerza política en los gobiernos, ignoran completamente la existencia del alma espiritual; y nuestro lugar como estudiantes en el camino hacia la autorrealización. Un homosexual es un alma; un ser espiritual en la ilusión de ser homosexual. La solución es aceptar nuestro verdadero papel de ser sirvientes de Dios y hacer bien las cosas; hacerse querer por Krishna y por Sus devotos, y pasar el examen de vivir en este cuerpo; porque todos envejecemos y morimos, y en el momento de la muerte nuestro último pensamiento es definitivo. La Sabiduría Védica nos enseña que si uno piensa en Krishna (Dios) y en el Maestro Espiritual a la hora de la muerte se irá al mundo espiritual; pero si alguien piensa en homosexuales en el momento de la muerte, seguramente tendrá un cuerpo de homosexual en la próxima vida. Cada uno obtendrá un destino de acuerdo con los pensamientos y deseos que tenga en el momento de la muerte, los cuales han sido cultivados durante toda la vida; si piensa en Krishna irá a Vrindavan, al mundo espiritual, donde puede encontrarse con el Señor Supremo y bailar con Él, servirle, y ser de Él. Así como se tiene cuerpo material, también se puede tener un cuerpo espiritual; el cuerpo espiritual es chintamani, es decir, totalmente libre de contaminación; es un cuerpo que puede amar puramente y a ese amor se le llama adi rasa.

Pero si uno quiere comprender el mundo espiritual en base a la percepción mental fracasará; el cuerpo espiritual y el secreto de nuestra relación amorosa con Dios tienen todos los derechos reservados por el mismo Señor Supremo. Con lo único que se cuenta para ser aceptado en ese reino es la oración, la añoranza, el deseo intenso de poder llegar allá;cuando uno no desea otra cosa más que eso, se establece en un estado llamado laulyam o un gran deseo por Dios.

Para llegar a tener el deseo de estar con Dios, no se debe dar tanta prioridad al placer sexual; los órganos genitales solamente son el instrumento de nuestra capacidad reproductiva y su utilización debe ser la suma de una conducta correcta que mantenga actitudes vigilantes para que ni el estómago, ni la lengua, ni los genitales, ni la mente especulativa, ni la ira, ni la propensión a ofender nos desvíen del sendero espiritual. Además debemos recordar que es muy importante ser muy cuidadosos al hablar; es peligroso hablar demasiado, minimizar a otros, criticar, porque todo eso también puede llevar fácilmente a la caída.

Máximas:

“Para que usted sea feliz sólo tiene que aprender a amar.”

“No hay nada más peligroso que la libertad sin responsabilidad. Reconocer y buscar responsabilidad es madurar.

“En cualquier caso, nuestra verdadera meta es pensar en Dios y ofrecerle nuestra vida a Él, ésa es la única medicina para todo tipo de malestar”.

Fuente: Colección Sabiduría Védica
Autor: Swami B.A. Paramadvaiti