Superando un Fracaso

3801

Todos pasamos por momentos difíciles en la vida, y hay quienes tienen que afrontar fracasosfracaso de diferente índole. Pero aun así no hay que rendirse: ser vencido una vez, no significa haberlo perdido todo.

El fracaso es un producto del karma, pues es la correspondiente reacción negativa de una acción realizada en el pasado. En este sentido podríamos decir que lo único que va en contra de uno mismo son las propias acciones. Entender esto nos va a ayudar a cambiar nuestro destino: no hay mal que por bien no venga. El fracaso es una experiencia que puede ser provechosa si aprendemos de ella.

Las dificultades y fracasos suceden para que nos levantemos, y conozcamos la existencia de un problema en nosotros. Ahora bien, si yo me resbalo y caigo al piso, ¿qué hago?, ¿condenarlo? No. El mismo piso me servirá de apoyo para levantarme de nuevo. Esto se llama aprender de las faltas para no volver a caer. Pero lo que nos permitirá dar pasos firmes de ahí en adelante es precisamente el conocimiento del karma y la obediencia a la voluntad Divina.

Una persona consciente dice: “estoy pasando por una circunstancia difícil, que ha sido generada por mis acciones. Pero aunque me siento muy mal, considero que este golpe de la vida ha sido minimizado por Dios, una misericordia cuyo propósito es hacerme entender que debo cambiar mi vida. Me dirijo a Dios para agradecerle lo que hace por mí, y para manifestarle que no explotaré más a las personas ni seré indiferente ante sus problemas; tampoco volveré a causar tristeza a nadie”. La mala situación que se padezca se debe al mal comportamiento. Por ejemplo, los animales que se hacen sufrir y se sacrifican para el consumo. Según las Escrituras, acciones como esta producen reacciones negativas severas. Toda acción produce una reacción, así no podamos determinar la causa del efecto. Pero Dios sí conoce el porqué de los fracasos de todos. Como seres humanos sólo nos debe bastar saber que la ley Divina exige la responsabilidad de los actos.

La dificultad radica en que la mayoría de la gente simplemente no quiere aceptar dicha responsabilidad. Este es un caso de error que hay que corregir. Corregirse es un deber que en ocasiones es recordado por los fracasos. Dios utiliza los golpes de la vida para hacernos caer en cuenta de que se han hecho cosas incorrectas, pero también para que recapacitemos, seamos excelentes y nos acerquemos a él, con una actitud devota y amorosa. Cuando nos sintamos totalmente desanimados, abatidos, desamparados, nos podremos refugiar en Dios y pedir perdón.

Si la forma de proceder no se corrige al recibir un golpe, ¿entonces cuándo? Sin embargo, lo más común es que las personas no recapaciten ni siquiera ante los problemas. Son tan obstinadas que dicen: “no, fue cuestión de mala suerte. Pero la buena suerte volverá. Sólo me bastará ajustar algunos detalles y listo”. Lo cierto es que querer solucionar los problemas sin conocimientos trascendentales, es otro caso de error que lleva a nuevos fracasos, pues no existe un arreglo material satisfactorio para una existencia destinada a su fin, la muerte: el último duro golpe de la vida material.

Lo ideal es no esperar a fracasar para aprender a conducirse en la vida. Uno de las instrucciones trascendentales más importantes para no fracasar es predicar y no causar sufrimiento a ningún ser viviente. Pero si el sufrimiento ya está presente, es importante seguir adelante con mucho ánimo, comprendiendo que se trata de la acción del karma personal. Entonces podremos orar por la misericordia Divina.

Toda actividad que realicemos sin amor, se convertirá en un obstáculo que posiblemente dará pie a fracasos. No obstante, no hay que sentirse vencidos, porque Dios siempre estará allí, incluso en el momento más difícil de todos, la muerte, en el que acudirá si invocamos su presencia a través de sus Santos Nombres. Pensar en Dios es la perfección y garantiza el éxito de la vida. No hay que olvidar que dependemos de su voluntad y afecto.

Fuente: Colección Sabiduría Védica
Autor: Swami B.A. Paramadvaiti

Compartir
Artículo anteriorLa muerte de un ser querido
Artículo siguienteLas Guerras